Las Guerras de Bakán recomienda: "El Cálculo de Dios" de Robert J. Sawyer
Buen sábado a todos. Hace un calor del copón y se me van las
ganas hasta de escribir. Pero se hace el esfuerzo. Pero además de eso hoy vengo
a recomendaros, como dije la semana pasada –antes de saber que él venía a
Barcelona esta misma semana– algo de ciencia ficción. Tenía en mente
recomendaros esta semana a Sawyer hace mucho, mucho tiempo. Así que ha sido una
casualidad que justo se haya pasado por Barcelona la semana que me toca hacer
esta entrada, no es que me vaya a quejar, pero queda bien y todo. Así pues ciencia
ficción. O más bien, una ficción científica, pero ya entraremos en eso, un poco
ésta semana y un poco más la semana que viene.
Antes de nada, hablaros un poco de él. Es canadiense, así que
a nadie le extrañe que la mayoría de sus obras estén ambientadas allí. Tiene
varios premios de ciencia ficción en su haber (la obra que hoy recomiendo, ha
estado nominada al Hugo, si no me equivoco) y, además, sus tramas son increíbles.
La obra que seguramente conozcáis de él es "Flashforward". Así que
antes de nada, antes de seguir, deciros a todos que es, con diferencia, la peor
que he leído de él. No le juzguéis por ella. Es mucho más floja que todo lo
demás que me he leído suyo. Por no mencionar, si habéis visto la serie,
que se parece a la novela en lo que una castaña a un perro.
Ahora ya podemos seguir. Muy bien. Hoy toca recomendar algo
de Sawyer ¿y qué he escogido? Pues la que creo que es mi novela favorita suya.
Digo creo, porque todas me gustan en mayor o menor medida, en un aspecto o en
otro. De algunas, la parte científica no me convence tanto, pero de otras, es precisamente
lo que me fascina. En cualquier caso, sea el caso que sea, sea la novela que
sea, lo que más me gusta de Robert J. Sawyer es la humanidad de sus novelas.
Todas sus tramas son profundamente humanas, hay dolor, hay amor, hay cariño, hay
humanidad en estado puro detras de cada personaje, de cada situación. He
llegado a conmoverme con muchas escenas de sus obras. Vale que yo soy un pelín
llorona cuando muere algún personaje que me gusta, pero no es eso de lo que
estoy hablando aquí. Es de conmoverme, de que te toque algo muy, muy dentro. De
que tengas que parar de leer para respirar hondo, porque te oprime el pecho,
porque es TAN emotivo lo que estás leyendo que tienes que hacer una pausa para
tragar. Y luego sigues leyendo, algo más humana, algo más tocada, siendo un
poco diferente que cuando empezaste a leer su obra. Un poco más reflexiva.
Entonces dices: "joder, eso ha sido fuerte, hermoso, duro, fuerte, increíble...
guau".
Esta es una de las principales razones que me llevan a
recomendar a Sawyer, la otra es que me hace pensar, a nivel científico, a nivel
social. También me encantan sus planteamientos de partida para la trama de sus
novelas. Pero ya entraremos en ello. La escena a la que me estaba refiriendo,
con lo que os acabo de contar sobre esa emotividad tan fuerte que tienes que
parar de leer, no está en "El Cálculo de Dios", es una escena de
"Vuelta Atrás", otra de sus obras. Pero esa mano que te remueve todo
por dentro, está presente en todas sus novelas, sólo que nunca la había
encontrado tan potente como en esa escena de "Vuelta Atrás". Pero voy
a dejar "Vuelta Atrás" y voy a centrarme en la novela que me ocupa
hoy la entrada. "El Cálculo de Dios".
¿De qué trata "El Cálculo de Dios"? Os acabo de
comentar que me fascinan sus planeamientos de partida para las tramas de sus
novelas. Pues muy bien, eso es precisamente lo que me hizo comprarme "El
Cálculo de Dios". La idea de la que parte, o a la que llega, o en torno a
la cual gira el argumento es: ¿qué pasaría si se pudiera demostrar
científicamente la existencia de Dios? ¿y si creer en Dios dejara de ser una
cuestión de Fe y pasara a ser cuestión de ciencia? Muchos de vosotros puede que
ahora estéis pensando "tonterías" "son mutuamente
excluyentes" y cosas semejantes. Pero no. Pensad un poco. Tomad como base
una de las tres premisas de Arthur C. Clarke: "Toda tecnología lo
suficientemente avanzada es indistinguible de la magia". ¿Qué pasaría si
aplicáramos este mismo concepto a Dios?
Partiendo de esta idea, Sawyer desarrolla una de las mejores
novelas de ciencia ficción que me he leído. Las buenas novelas de ciencia
ficción te hacen pensar, te hacen reflexionar, plantearte cosas, a nivel
científico, a niveles especulativos: "¿y si...?". Esta lo hace. No
estoy hablando de novelas de ciencia ficción como las de Bujold, tipo space
opera (ya recomendadas este verano), estoy hablando de la ciencia ficción
científica. Ficción científica, que se podría llamar. Coger una base científica
sólida y más o menos plausible y llevarla al ámbito de la novela. Este tipo de
ciencia ficción es más dura de leer que la otra, más profunda, más difícil.
Pero igualmente buena. Sigamos con "El Cálculo de Dios".
Como digo, el arguemento central parte de esa premisa curiosa de "¿y si se
demostrara a nivel científico la existencia de Dios?" ¿Qué pasaría? ¿Qué
ocurriría con las religiones? ¿Qué ocurriría con la gente? ¿Qué les pasaría a
los ateos, agnósticos etc...? ¿Qué religión tendría razón? ¿La tendría alguna
de ellas o ninguna? ¿Qué ocurriría realmente? ¿Cómo se podría demostrar? ¿Qué
pruebas harían falta? ¿Por qué existe Dios? ¿Cuál es su naturaleza? Todo esto y
más se desarrolla de forma tremendamente interesante a lo largo de la corta
extensión de la novela. Es corta, sí, pero muy buena.
Pero esto no es todo, porque no es así como realmente empieza la historia. No es con
este planteamiento, no es con esta trama. Ésta viene luego. La novela empieza
con una nave alienígena aterrizando en Toronto, delante del Museo de la
Ciencia. Con un alienígena con forma vagamente arácnida descendiendo de esa
nave, avanzando hacia las puertas del museo, abriéndolas y entrando dentro. Con
este alienígena acercándose al guardia de seguridad y... solicitando
amablemente hablar con un paleontólogo.
A diferencia de otras entradas, hoy ya os he hablado un
poquito de por qué leer "El Cálculo de Dios", pero vamos a seguir
como siempre. Allá vamos. ¿Por qué leer esta obra de Sawyer?
En primer lugar por sus premisas de partida, por sus ideas,
como ya he comentado. En segundo lugar por la humanidad que destilan, que es
francamente increíble. En tercer lugar por la ciencia.
A estas alturas ya os habréis dado cuenta de una cosa. No
estoy recomendando esta obra por sus personajes. Ni lo haré. No leo a Sawyer
por sus personajes, sino por sus ideas. Por sus tramas, por lo mucho que me
hace reflexionar sobre ser humano, sobre lo que significa serlo, sobre la
ciencia... A diferencia de Bujold, o Sanderson, o Rothfuss, o Fforde, Robert J.
Sawyer no desarrolla obras maestras como personajes. Desarrolla tramas increíbles,
conceptos fascinantes. Y te conmueve. Sus personajes son correctos, sin más.
Pero lo GRANDE de su obra es lo otro.
Ahora os voy a hablar de la ciencia. De por qué leer a
Sawyer. Porque aprendes. La otra trama principal de la obra es la que tiene su raíz
en por qué un alienígena llegaría a la tierra y pediría hablar PRIMERO con un
paleontólogo. Vamos al principio. Dicho alienígena se llama Hollus y es un
forhilnor. Forma parte de una nave exploratoria llena de científicos, tripulada
por dos razas que van en busca de Dios. Más o menos. A nadie a bordo le
interesa hablar con el Presidente de ningún país, con la ONU, o el Papa o quien
sea... les interesa hablar con un paleontólogo, con un gorila de espalda
plateada, con un ancianito vietnamita que cultiva arroz... Ahora imaginad todos
lo genial que es eso. Imaginad las reacciones políticas, imaginad el
espectáculo.
El paleontólogo de Toronto con el que Hollus establece
contacto no es otro que Thomas Jericho. Como todos, o casi todos los
protagonistas de las obras de Sawyer, Thomas es un traumas. Esto viene a ser un
leit motiv en la obra de Sawyer, un sello propio. A todos les pasa siempre algo
muy malo. Cuando he dicho que sus personajes y sus obras son profundamente
humanas iba en serio. Thomas Jericho tiene cáncer terminal de pulmón. Se está
muriendo. ¿Y de qué van a hablar un científico alienígena y un paleontólogo
moribundo? De la existencia de Dios. Discutirán de ello a nivel moral, a nivel
social, a nivel filosófico en unos de los mejores diálogos que he leído jamás.
He disfrutado cada frase de ellos. Me ha hecho pensar. Mucho. Vaya por delante
que soy agnóstica, lo era y lo sigo siendo. No soy religiosa, pero la obra de
Sawyer me hace pensar. Pensar más allá de lo obvio. Pensar en el "¿y
si...?" No quedarme en lo obvio.
Sawyer ha aprendido de maestros para narrar así, ha bebido
de Arthur C. Clarke, de David Brinn, de muchos otros. Pero sobre todo se ve la
influencia de Brinn en su obra. Y es maravillosa.
Pero sigamos ¿Por qué leer a "El Cálculo de Dios"?
Por su diseño de alienígenas. ¡Sí! ¿Qué pasa? Sawyer, al igual que Brinn,
diseña alienígenas sin prejuicios ni preconcepciones. Nada de formas humanoides,
eso es de flojos. ¿Por qué razón iban a tener criaturas que se han desarrollado
a miles de años luz, bajo condiciones de presión, atmosféricas, climáticas...
totalmente diferentes a la tierra, simetría bilateral, cabeza reconocible,
brazos y piernas? Todos los seres vivos de la Tierra, como decía mi profe de
zoología, tienen forma de tubo: agujero de entrada de comida, agujero de salida
de desechos. El resto son adornos. Somos bilaterales, simétricos. ¿Quién nos
dice que seres alienígenas van a ser así? Pues no. Ahí es donde Sawyer se luce
siempre. Imagina, va más allá. Además crea matemáticas a conciencia para esos
seres.
Importante hacer un inciso. A nivel científico, nuestras
matemáticas son como son porque nosotros somos como somos. Tenemos dos manos,
con 5 dedos cada una. ¿A alguien le extraña que nuestra base de cálculo sea de
10? Este número, además, permite grupos de 5 y de 2 (ejem... binario...
ejem...). Nos da nuestra base tecnológica. Pero... ¿y si un alien tuviera 8
patas en lugar de manos? ¿Y si su base matemática fuera de 8? ¿Se comunicarían
con una boca como nosotros o no? ¿Tendrían oídos? ¿Podrían siquiera percibirnos
si... imaginad, no tuvieran ojos y sólo receptores de UV? Especulación
xenobiológica en estado puro. Este es uno de los mayores puntos a favor de
Sawyer. No sólo de la novela que me ocupa hoy.
Perfecto entonces, hasta aquí bien. ¿Por qué más leer a
Sawyer? Por dos palabras: antropología y sociología. Sólo por esto ya he
recomendado a Sawyer a TODOS los alumnos que han pasado por mis manos en la
universidad. ¿Queréis especulación científica de la buena? ¿Queréis algo que os
haga pensar en cómo sería un primer contacto con una raza alienígena? Leed "Spin" o "Vuelta Atrás"
¿Queréis una disertación a nivel antropológico y social de la evolución de una
especie? Leed "El Cálculo de Dios" o la trilogía de "El Paralaje
Neanderthal".
Pero sigamos con "El Cálculo de Dios" ¿Sabíais que
hay una teoría científica que sirve para determinar cuanta tardaría una especie
en desaparecer desde que descubre las ondas de radio? Yo lo descubrí y lo
aprendí leyendo a esta novela. ¿Sabíais que toda especie inteligente pasa por
un punto durante su evolución a nivel social y antropológico en que alcanza el
punto científico y tecnológico que le otorga el poder destruirse a sí misma y
que si quiere ir más allá debe sobrepasarlo? Adivinad dónde estamos ahora.
¿Sabíais que ese punto se compara con la adolescencia? Adivinad en qué punto
estamos como raza inteligente. ¿Sabíais que llega un momento en el desarrollo
científico de las razas inteligentes en que es probable que alcancen el poder
de dejar de depender de la evolución natural? ¿Que a partir de ese punto toda
raza inteligente podría pasar a poder dirigir su propia evolución? Reflexionad
de dónde venimos y hacia dónde podríamos ir. Qué podríamos alcanzar. Qué
tendríamos que superar para lograrlo. ¿Dónde está el límite? Pensad más allá.
¿Hacia dónde nos dirigimos si sobrepasamos este punto? Especulad. Pensad. No
dejéis de hacerlo. Plantearos cosas. Mirad a vuestro alrededor y reflexionad
sobre ello. ESO, ESO es precisamente lo que logra Robert J. Sawyer que hagáis
con novelas como esta.
Esto es lo que me gusta de "El Cálculo de Dios",
es lo que me gusta de toda obra de Sawyer, pero lo que más me fascina de esta
novela es precisamente ese nivel de especulación sobre nosotros –y de otras
razas inteligentes posibles– como raza, como sociedad. ¿Qué queremos hacer?
Leed a Sawyer. Aprended de él. Aprended a pensar, a
plantearos cosas. Es un autor tremendamente enriquecedor. A nivel humano, a
nivel científico, a nivel social.
Bueno, pues hasta aquí hemos llegado. Esto es todo por hoy.
No os voy a contar cómo acaba la búsqueda de Dios de Hollus y sus amigos. Ni lo
que pasa con el cáncer terminal de Thomas Jericho. Pero os gustará.
En cuanto a la semana
que viene, más ciencia ficción. Esta vez será especulación científica de la
buena. Vaya por delante, que la obra que recomendaré puede que no os convenza a
todos, pero a mi, como bioquímica que soy, me encantó.
Comentarios
Publicar un comentario